Las pautas científicas y la adaptación de los ejercicios a cada paciente son claves para la recuperación
En Corpora Pilates nos propusimos ayudar a nuestros clientes y pacientes con ejercicios dirigidos a la mejora de las condiciones más alterables por el Covid. En el caso de que hubiera contagio, a su mejora en la recuperación. Hemos trabajado desde el inicio de la pandemia y las restricciones en cómo este virus podría afectar a las personas. “Una vez se identificaron las secuelas del confinamiento y de la infección diseñamos un protocolo de ejercicios Pilates específicos para las que eran más habituales y tratables con Pilates (la mayoría). Además, establecimos varios ejercicios organizados metodológicamente para que pudieran ser realizados en casa durante 15 a 20 minutos diarios en el confinamiento”, explican el Dr. Juan Bosco y la Maestra Laura Cabral.
“Teníamos claro que nuestros objetivos eran: mejorar la flexibilidad y el intercambio gaseoso, facilitar el retorno venoso, potenciar la musculatura postural, flexibilizar las cadenas musculares y recuperar o mejorar la coordinación, la concentración y el equilibrio”, añaden.
Los resultados han sido excelentes. Además, coinciden con otros estudios publicados sobre el efecto del ejercicio sobre el post-covid cuando se observan pautas científicas.
Seguimiento y análisis profesional
En Corpora Pilates hemos hecho un seguimiento exhaustivo y técnico sobre la pandemia: cómo afectaba a las personas y el papel del Método Pilates en relación con la afección y las secuelas de la enfermedad. Algunas de las primeras conclusiones y más básicas fueron las siguientes:
- Hacer Pilates implica un menor riesgo de sufrir coronavirus grave: los que han practicado más Pilates antes de enfermarse han tenido menos hospitalizaciones como consecuencia de la enfermedad.
- El transcurso de la infección ha sido más leve y el retorno a la normalidad más rápido y con pocas secuelas en los pacientes que seguían sesiones de Pilates con frecuencia.
- Pilates supone una potente arma terapéutica para la recuperación tras el Covid al incidir directamente sobre muchos de los problemas que persisten tras la infección.
El mismo Joseph Pilates lo comprobó en la “pandemia de gripe” en 1918 cuando, según contaba él mismo, ninguno de su pabellón de confinados por la I Guerra Mundial y que habían seguido sus ejercicios diarios enfermó.
Readaptarse tras las restricciones
La pandemia ha cambiado el cómo y el por qué la gente hace ejercicio. También el cómo y por qué aplicamos determinados protocolos de tratamiento a pacientes que han pasado por un estado cuando menos agobiante.
Como las restricciones provocaron el cierre de muchos establecimientos, entre ellos muchos gimnasios, se obligó a los clientes a encontrar nuevas formas de mantenerse activos, pero sin un control de su entrenamiento. Las clases on-line no son iguales a las clases presenciales. Aunque amortiguan los efectos del sedentarismo, no se puede corregir técnicamente y se pierde muchas veces la posibilidad de practicar de forma correcta.
La reapertura de la actividad fue como la salida de los osos de una hibernación: “La gente quiere volver a sus rutinas físicas habituales, pero al mismo nivel que estaban antes sin la preparación adecuada”, comenta Juan Bosco, Médico e Introductor de Pilates en España. “Por ello hay que readaptar los programas para que se ajusten al estado actual de los pacientes, en lugar de las condiciones que tenían antes del coronavirus”.
“Es muy importante también indagar sobre cuestiones clave. Por ejemplo, cómo manejó cada paciente el encierro: física, económica, mental, familiar y emocionalmente”, añade Bosco. Y es que muchos, han podido reflexionar sobre sus vidas de una manera nueva, y han trazado nuevas metas a la vez que se han planteado un cambio de hábitos o de costumbres.
Secuelas post COVID
La enfermedad ha afectado a muchas personas que la sufrieron en distinta medida. Ahondamos en cómo afecta al virus a la fisiología con el doctor Juan Bosco: “Se puede hablar de un post-Covid orgánico, con secuelas graves (fibrosis pulmonar, miocarditis, trombosis, síntomas neurológicos y cognitivos por alteraciones neurológicas…) y otro, post-Covid persistente, más frecuente y con dificultades respiratorias, sensación fatiga, debilidad y dolores musculares, insomnio, ansiedad, pérdida de memoria y otras alteraciones neurológicas, en la visión, en la piel…” El cuadro de post-Covid menos grave es este último “En el persistente es donde el ejercicio ligero o moderado, y en especial Pilates, desarrolla toda su potencia y ayuda a la recuperación”, añade Juan Bosco.
La rehabilitación juega un papel esencial en la calidad de vida que tenga el paciente en recuperación. Los errores en los protocolos de rehabilitación causan muchas lesiones. Por ello, tras un confinamiento o una infección, en el caso de la salud hay que reevaluar la fuerza, la flexibilidad y la capacidad aeróbica para disponer de un punto de partida nuevo y no de la condición que existía anterior al coronavirus. Hay que diseñar pues unos ejercicios y una progresión adecuada. “El método Pilates hace hincapié en la respiración, en el fortalecimiento de la musculatura profunda, la flexibilización articular y muscular, y en la mejora de la circulación, etc. Todos son puntos diana en la recuperación post-Covid”, explica Laura Cabral, Máster Pilates y directora de Corpora Pilates.
Incluso las indicaciones más aceptadas desde los hospitales para la recuperación hacen referencia a: mejorar la fuerza, el equilibrio y la coordinación, disminuir las dificultades respiratorias (disnea), reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo y la confianza…. Parámetros todos que la evidencia científica ha demostrado que el método Pilates ayuda a conseguir plenamente.
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